Si andas luchando con tu niño pequeño para que deje de pararse sobre mesas o ande escalando repisas, no estás solo. A los niños pequeños les ENCANTA escalar, ¡y por buenas razones! Después de dominar el gateo y halar para levantarse, necesitan un reto novedoso. También son curiosos y el escalar los lleva a nuevas alturas (y objetos – hola, control remoto escondido) que antes estaban fuera de su alcance. Además, hay que aceptar que escalar es una manera divertida para que el niño pequeño queme energía.
Escalar es un logro exasperante, pero a la vez admirable. Vamos a darle una mirada a las muchas maneras en que apoya las habilidades emergentes de tu pequeño (y cómo crear actividades seguras para escalar), pero primero exploremos cómo evoluciona.
¿Cómo evoluciona el escalar?
El escalar evoluciona junto con otros logros: Cuando el bebé aprende a gatear empieza a subir escaleras a gatas. Cuando aprende a pararse, empieza a treparse en muebles bajos. La agilidad incrementada pronto lleva a que gatee tanto subiendo como bajando las escaleras (en reversa cuando va bajando). Cuando ya camina bien y empieza a correr se abre el camino para escaladas más complicadas, al igual que subir las escaleras caminando (con ayuda). Con la práctica, necesita menos y menos ayuda para subir y bajar las escaleras (aun liderando con un solo pie). Hacia los 24 meses escalar ya es parte establecida de su repertorio de desplazamiento.
¿Cómo escalar apoya el desarrollo?
Escalar fortalece varias habilidades, incluyendo:
Motricidad sensorial
Escalar requiere que el niño use hábilmente todo su cuerpo, lo cual proporciona información vestibular y propioceptiva que ayuda a mejorar el equilibrio y la coordinación. El escalar implica estirarse, lo cual incrementa la flexibilidad y halar los brazos y empujar con las piernas fortalece los músculos grandes.
Motricidad fina
Escalar ayuda a refinar los movimientos pequeños de mano y pie, incluyendo agarrar y sujetar. También es el momento estelar para practicar la coordinación mano-ojo mientras el niño usa continuamente lo que ve para guiar sus movimientos.
Cognitiva
El trepar apoya los conceptos de ubicación espacial tales como arriba, abajo, encima y debajo. También implica la solución de problemas continua y la planeación motora, que ayuda a los pequeños a aprender a desplazarse en sus entornos de manera segura. Muy pocos momentos en los cuales se escala son exactamente iguales. Hasta subirse a una silla o subir las escaleras puede presentar retos diferentes dependiendo del tamaño de la silla o el ancho del escalón: ¿Dónde pongo mi mano para subirme? ¿Qué tanto debo levantar mi pie para alcanzar el siguiente escalón?
Este estudio de la Universidad de Florida del Norte vinculó las actividades de escalar con una memoria funcional mejorada – una habilidad cognitiva esencial. Los autores del estudio concluyeron que escalar y algunas actividades similares implica imprevisibilidad, lo cual, a su vez, recluta la memoria funcional para que continuamente actualice información y que el cuerpo se adapte adecuadamente.
¿Cómo lograr la seguridad de mi niño pequeño al escalar?
Si bien recomendamos que redirecciones a tu pequeño cuando se suba a muebles altos y a repisas, hacemos énfasis en la palabra redireccionar. Puesto que el escalar es muy importante para el desarrollo, sostén a tu pequeño a mitad de camino cuando este subiendo el mueble de la cocina y muéstrale otra opción dónde pueda escalar. Puede ser en una estructura pequeña dentro de la casa que sea apropiada para el desarrollo, o incluso una pista de obstáculos de cojines hecha en casa. Los parques exteriores para niños pequeños también son lugares excelentes para escalar, si tu horario (y el clima) lo permite.
Por último, ¡recuerda que los niños pequeños son veloces! Por más que los estés monitoreando de cerca, pueden subirse a una repisa en un instante, así que cerciórate de asegurar piezas de muebles grandes a las paredes y de bloquear las escaleras en la parte de abajo y de arriba con una reja de seguridad.